
Allá por el año 300 a.c., el emperador chino Shih Huang-Ti revisó la construcción de la Gran Muralla China. Miles de trabajadores eran asesinados o morían de cansancio durante su construcción.
Para colmo, el emperador planeaba también pintar los muros de semejante fortaleza, lo que hubiera provocado la muerte de otros muchos miles. Su bufón, Yu Sze, fue el único que se atrevió a criticar su plan. Bromeando, convenció al emperador para que abandonara su idea de pintar el muro y por ello ese humilde payaso es considerado hoy en China como un héroe nacional.
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